lunes, 15 de noviembre de 2010

Los cínicos no sirven para este oficio: Sobre el buen periodismo, de Ryszard Kapuściński

Los cínicos no sirven para este oficio: Sobre el buen periodismo es un libro escrito por el periodista polaco Ryszard Kapuściński. El relato está dividido en tres capítulos. En el primero, el periodista nacido en Pinsk (actual Bielorrusia), es entrevistado por Maria Nadotti, a la que explicará cómo está el oficio del periodismo en ese momento, y los valores que son necesarios para dedicarse a ésta profesión. En el segundo capítulo, Ryszard Kapuściński habla sobre África, el continente en el que más experiencias vivió el periodista. Cierra el libro un tercer capítulo, en el que Kapuściński y el escritor británico John Berger intercambian impresiones respecto a los métodos que utilizan para trabajar.
En la primera parte del libro, bajo el título Ismael sigue navegando, el periodista habla con Maria Nadotti sobre el periodismo. La entrevista empieza con Ryszard Kapuściński explicando que para ser periodista hay que renovarse día a día. Es una profesión que exige nuevos métodos de trabajo, y por tanto, debes adaptarte a ellos para ser un buen periodista. Un factor en el que influye el periodista polaco son las nuevas tecnologías. Las considera una buena ayuda, ya que pueden ayudar a conocer aspectos que antes eran desconocidos para el periodista, pero nunca habla de las invenciones tecnológicas como algo que vaya a sustituir el trabajo que debe hacer un periodista. Otro aspecto sobre que resalta es que el periodista lo es las veinticuatro horas del día. No es un trabajo de oficina, donde se trabajan ocho horas y se cierra el local. El periodismo ocupa toda nuestra vida, sea la hora que sea.
Ryszard Kapuściński explica en el relato algunos elementos específicos del oficio. En el primero, diferencia dos tipos de periodismo. En primer lugar, un periodismo artesanal, que según él realizan el noventa por ciento de los periodistas, y que lo considera de nivel bajo. Por otro lado, describe el periodismo creativo, que es aquel que requiere la total dedicación del periodista. Es necesaria la individualidad de uno mismo, además de la ambición por tratar de hacerlo lo mejor posible. El segundo factor que destaca es el interés por profundizar en los conocimientos. Un buen periodista nunca debe dejar de aprender. A lo largo de su vida, debe investigar y describir lo que pasa en el mundo. Por tanto, debe conocer la actualidad a la perfección. El tercero elemento sobre el que habla es el dinero. Ryszard Kapuściński explica que el periodismo no es un medio para hacerse rico. Es un profesión que consiste en explicar cosas que otros no saben, un profesión que enriquece a la persona, pero no de modo monetario, sino culturalmente.
El primer capítulo del libro se cierra con la que es la idea principal de Ryszard Kapuściński acerca del periodismo. La idea que da título al libro. Para el periodista polaco, el dedicarse a este oficio implica el seguir una serie de valores. El cinismo no puede estar entre ellos. Un cínico jamás servirá para este oficio, ya que no debemos mentir. Debemos explicar la realidad tal cual la vemos, sin miedo a las represalias que nuestras noticias puedan conllevar.
El segundo episodio trata sobre África, un continente al que Ryszard Kapuściński le tiene mucho cariño, ya que muchos años de su vida laboral se los pasó allí. En esta parte del libro, el periodista hace un análisis del continente africano. Habla de política, de las ideas que había cuando él trabajaba en África, la lucha por la independencia, por ser libres respecto a otros continentes. También habla de la población que habita el continente. Esa gente, que pese a vivir en condiciones precarias, jamás te trata de un modo incorrecto.
A lo largo del capítulo habla de los principales cambios políticos que tuvieron lugar en el continente mientras él estaba allí. Habla del poder que efectuaban los países de Occidente sobre los africanos, de los líderes políticos que había y de todos los conflictos que vivió estando allí.
Uno de los conceptos que más destaca es la libertad. Explica que los ciudadanos africanos asociaban ser libres con desarrollarse, con conseguir una vida mejor. Nada más lejos de la realidad, puesto que en los gobiernos la corrupción estaba al orden del día, y por tanto, la gente de a pie, no notaba esas mejoras.
El libro concluye con un acto moderado de nuevo por Maria Nadotti en el que Ryszard Kapuściński y John Berger habla sobre sus métodos de trabajo. A lo largo del capítulo observamos que son totalmente dispares. Si el periodista polaco basa su trabajo en explicar todo tipo de sucesos, mediante la integración entre los habitantes del lugar, el conocimiento de sus costumbres, su lengua y otros aspectos, el inglés John Berger hace justamente lo contrario, ya que centra su trabajo en describir siempre los mismos aspectos.
Cuando hablan el uno del otro, John Berger dice acerca del periodista polaco que además de un gran periodista, es un viajero, ya que se mueve por todo el mundo para explicar aspectos que son desconocidos por la gran mayoría. Ryszard Kapuściński explica que Berger es una persona totalmente diferente a él en lo que a métodos de trabajo se refiere. Aún así, lo considera un gran escritor, ya dice que le enseñó a apreciar el arte.
Una vez leído el libro, la idea fundamental es que para ser buen periodista hay que ser buena persona. Todo aquel que se dedique a este oficio vivirá muchas experiencias, y es fundamental apoyarse entre las personas. Además, hay que luchar por el buen periodismo, que es aquel que busca la verdad, aunque con el paso del tiempo, es algo que se está perdiendo.

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