martes, 21 de junio de 2011

Esta vez no la cagamos: ¡¡CAMPEONES!!

3 años, 36 meses, 162 semanas o 1095 días. El mismo tiempo. Todo este largo período ha tenido que esperar el Club Natació Terrassa para proclamarse campeón. Los equipos dirigidos por Edu Villar habían logrado entrar en las tres últimas Final Four, y en las dos primeras, el resultado había sido el mismo. Derrota por dos puntos fallando el último lanzamiento. Este año tocaba ganar, y así fue. Viladecans sería la ciudad que proclamaría campeón al Club Natació Terrassa, tras los fiascos de Vilassar y Sant Boi.
Jesús, que se podría tapar un poco, y Héctor

Por la mañana, los egarenses se enfrentaba al CB Ciutat Vella, equipo desconocido por todos. Pese a no saber qué estilo de juego desarrollaban, los integrantes de la plantilla daban una idea. Con un predominio de chicos sudamericanos (en recuerdo a nuestro querido Pepe Luis), el estilo del juego era el imaginado. Como si de pachangas street se tratase, los azules salieron a repartir cera desde buen principio. El Terrassa, al no estar Javi Góngora en pista (todos sabemos que te gusta repartir por la zona...), no tenía quién dieran leña, así que en los primeros minutos el partido estaba igualado, con un altísimo marcador de 4-2 en el minuto 4. En ese momento surgió Héctor Aguilar, que con ocho puntos seguidos, dos triples incluidos, le daba la vuelta al partido. Por cierto, me he olvidado decir que la primera canasta del Club Natació Terrassa en la Final Four fue mía, por si no lo sabíais.
Con una leve ventaja en el marcador, los egarenses no se relajaron y siguieron aumentando su ventaja. Ahora era Jesús, que con cuatro puntos consecutivos cerraba el primer cuarto. 9 a 18 para el Terrassa, que veía más cercana su presencia en la final. Pero quedaba mucho partido...
En un segundo cuarto con un asombroso acierto ofensivo (4 a 11 para el CNT), los egarenses encarrilaron su pase a la final gracias a una gran defensa. (Por malos que puedan ser los rivales, dejarlos en 4 puntos en 10 minutos no es fácil). Así pues, al descanso se llegaba 13 a 29; 16 arriba y con el partido controlado.
Pau, Jordi, Héctor y Oriol con
el trofeo
En la reanudación, el Terrassa llegó a dominar hasta por 21 puntos, pero un pájara inesperada devolvió las esperanzas al Ciutat Vella (27-38, min. 31). En ese momento, tuvo que aparecer el pívot estrella... (no es Xavi, ni Riki, ni Ramon... soy yo!) para anotar un triple que devolvía la tranquilidad al Terrassa y le permitía pensar ya en la esperada final. El Badalonés esperaba, tras derrotar cómodamente al Sant Joan Despí. Con 43 a 27 para el CNT, Raúl cedía su puesto a Javi, que por el momento llevaba 0 puntos.
Como voy a piropearlo mucho posteriormente, ahora le atizaré un poco... Si el 5 del CNT acabó el partido con 8 puntos, todos éstos llegaron con el partido ya resuelto... pues vaya un MVP! Pero como hacen los grandes, apareció cuando debía, en la final.
Con todo resuelto, la semifinal acababa 33 a 59 y el CNT ya podía pensar en la final, en la que iba a jugar de azul.
Anotadores: Raúl (6, aunque en el acta ponga 7...), Javi (8), Pau (-), Héctor (12), Edgar (6), Pere (9), Ramon (6), Sancho (¡¡0!!), Riki (2), Jesús (4) y Carlos (4).
El MVP del partido fue, sin discusión alguna, Héctor. Él rompió el partido con sus triples, y por tanto, merece el "premio".
En esta sección suele aparecer Jordi Sancho, pero el tío no metió una canasta, así que no lo iba a poner...

Y cambiamos de partido. Tras unas horas de descanso, llegaba el encuentro esperado. La maldición de la final tenía que llegar a su fin. Y así fue. Controlando el partido en todo momento, el CNT se proclamó campeón ganando 57 a 73 (¡récord de las finales! Nunca habíamos pasado de 60 en una F4).
El partido decisivo empezó de la misma manera que la semifinal. Héctor Aguilar seguía viendo el aro como una piscina y anotaba dos triples para distanciar al Terrassa. Por dentro, Javi Góngora anotaba, permitiendo al CNT coger una ventaja de 8 puntos, 6-14. A partir de ese momento, ambos equipos intercambiaron canastas hasta llegar al 12-22 del final del primer período (Edgar anotaba a 1 minuto del final el único triple de la F4. Claramente Héctor fue el vencedor del duelo particular...).
El MVP con el trofeo
de ganadores
Vencía el Terrassa por 10 puntos y el Badalonés quiso remontar a base de triples... y a punto estuvo de conseguirlo. Con 4 aciertos desde 6,25 se llegó a poner a cuatro puntos, pero Héctor, de nuevo, anotó un triple que relajaba a los egarenses. Al descanso se llegó 28 a 35 favorable a los de Edu Villar.
Tras el descanso, la igualdad fue máxima. 11 a 11 en el período, que permitía al Terrassa entrar con 7 puntos de ventaja en el último cuarto.
El período decisivo se inició con un palmeo importante de Ramon, que lo celebró como si de un gol se tratase. Se paseó todo el campo con el puño en alto y con gesto de rabia. Nueve arriba; 9:30 para el final.
Jordi Antoni y Raúl
Pese a estar contra las cuerdas, el Badalonés no se rindió. Con el "gafitas" a la cabeza (que no parezca despectivo, que un servidor lleva "gafitas"), los "locales" se pusieron a tan sólo cuatro puntos, 48-52, a siete minutos para el final. Los malos recuerdos de las anteriores finales volvían a la cabeza de los egarenses... hasta que apareció el MVP de la temporada, Javi Góngora, para liderar al Terrassa en el último arreón. Con 13 puntos en el período final, Gongorón hacia realidad el objetivo de la temporada; ser CAMPEONES. Esta crónica final no podía cerrarse sin mencionar a Jordi Sancho. El muchacho, pese a estar desacertado en el tiro, anotó un triple fundamental cuando peor estaban las cosas, y tranquilizó a los suyos, que se temían lo peor. Finalmente, 57 a 73 para el CNT que conseguía, tres años después, el ansiando triunfo en la Final Four.
El encargado de recoger el trofeo debía ser Pere Sánchez, nuestro capitán, pero como es de Sabadell, el míster mandó a Oriol Gorina junto al 10 del Terrassa. Así pues, ambos jugadores levantaron el trofeo de campeón, antes de la sesión fotográfica. Es lo que tiene el éxito, que toca hacerse fotos sin parar...
Ramon y Gongorón, como así
lo bautizó el 11 del CNT
Además, apareció, no se de dónde, una botella de ¿cava?, que se encargó Javi Góngora de desaprovechar... Como no estamos habituados a ganar, el tema champagne no lo dominamos mucho... y la verdad, lo que es mojar, no mojó a mucha gente...
Ya en los vestuarios, el entrenador, que se despide ¿momentáneamente? del baloncesto, pasó por la ducha, como mandan los cánones. Posteriormente, el delegado, pasó por el mismo sitio... ¿para qué bajas? Si sabíais que te iban a mojar!
Anotadores: Raúl (en el acta pone 0 puntos... no sé yo), Javi (20), Carlos, Pau (4), Héctor (9), Edgar (6), Pere, Ramon (10), Sancho (10), Riki (4) y Jesús (10).
Carlos saludando a las masas. Es
todo un ídolo
Viendo los números, ¿alguien duda del MVP? Yo, no! Ahora bien, pese a que Javi fue el máximo anotador, hubo algunos jugadores que merecen mención, como Ramon, Jesús, el rey Mamadou, Héctor y Pau, que pese a anotar "tan sólo" 4 puntos, fueron importantes en el devenir del encuentro.

Y ahora que ya somos campeones, quisiéramos agradecer a todos los que estuvisteis en Viladecans viendo el partido. Desde jugadores, entrenadores del club, amigos y demás, GRACIAS POR VENIR. En especial, a los padres, que llevan todo el año aguantándonos y por fin les damos una alegría en la final.

jueves, 9 de junio de 2011

Una temporada para olvidar

Hace una semana el Real Madrid cerraba la temporada 2010/11 como las cinco anteriores campañas; sin títulos. El equipo blanco caía 1-3 en las semifinales de la ACB frente al Bizkaia Bilbao Basket y ponía fin a un año con un único aspecto positivo a destacar; el regreso a la Final Four de la Euroliga. 
Si bien el retorno fue un paso hacia adelante, la manera de jugar en Barcelona supuso dos pasos hacia atrás. Los de Lele Molin hicieron el ridículo en el Sant Jordi y se volvieron a Madrid con dos derrotas, una por 19 puntos y la otra por 18. La imagen de los blancos fue patética, y las semifinales de la ACB reafirmaron el horrible momento que vive el baloncesto madridista.
Aunque los blancos pasaron cómodamente a semifinales, derrotando 2-0 al Baloncesto Fuenlabrada, el equipo dirigido (si se puede considerar que el italiano hacía algo) por Molin fue incapaz de derrotar a un Bilbao que jugó sus cartas, pocas por cierto, de manera excepcional. 
Pese a tener una notable inferioridad en el juego interior, el BBB supo frenar en defensa a Ante Tomic, el único interior del Real Madrid capaz de anotar con fluidez al poste bajo, y en ataque, gracias al eléctrico Aaron Jackson y a los ex madridistas Àlex Mumbrú y Axel Hervelle, entre otros, pasaron por encima de un Real Madrid donde únicamente Sergio Llull, en los dos partidos en la Caja Mágica, y Ante Tomic, en el primer partido y en el último, estuvieron a la altura, así como algunos destellos del tinerfeño Sergio Rodríguez. El resto del equipo, desparecido. Pablo Prigioni, a quien ya pesan los años, realizó una serie lamentable, al igual que Clay Tucker. Este caso merece una mención especial, ya que el de Ohio ocupa plaza de extracomunitario. En club como el Real Madrid no puede permitir que jugadores como Tucker militen en sus filas, y menos aún, que ocupen una de las dos plazas que dan derecho a contar con jugadores, principalmente, norteamericanos. El otro jugador que ocupaba plaza era D'Or Fischer. Con más lagunas que momentos de lucidez, el ex de Maccabi ha demostrado en algunos partidos porqué vino al Real Madrid. Intimidación atrás y mates en ataque. Un jugador correcto, pero algo flojo para un equipo que quiere aspirar a ser competitivo. 
Un caso parecido es el de Felipe Reyes. El capitán, de quien nadie duda acerca de su profesionalidad, está pasando por un mal momento de forma. Pese a seguir luchando por cada balón, el cordobés ha perdido acierto ofensivo, y dado que nunca ha sido un prodigio en cuanto a técnica, al no acompañarle el físico se ha visto a un jugador muy limitado en lo que a movimientos se refiere que solo es capaz de anotar tiros frontales desde 3-4 metros. Lo peor de todo es que desde que se marchó Ettore Messina, Reyes ha asumido mayor protagonismo, por delante de Nikola Mirotic. El montenegrino, que progresaba de manera esperanzadora, vio cortada su racha cuando el siciliano abandonó el banquillo blanco. No sabemos el motivo, pero Molin apostó por Reyes, y el rendimiento de Mirotic bajó de forma notable, al igual que el de Carlos Suárez. El de Aranjuez ha sido otro jugador desde la marcha de Messina. Errático en el lanzamiento, y un coladero en defensa. El bajón moral ha sido fundamental para un Real Madrid que tenía en el alero a uno de sus mejores hombres. Sin Suárez al 100%, los blancos se volvieron un equipo vulnerable, y prueba de ello, la eliminación en semifinales de la ACB. Sin quitarle mérito al excelente trabajo de Fotis Katsikaris y los suyos, el Madrid debería haber pasado por encima de los vascos en 3 o 4 partidos. La serie sí duró ese número de partidos, pero el vencedor fue el BBB tras sumar tres victorias consecutivas.
¿Y ahora qué? Tras un nuevo fracaso, el Real Madrid debe reconstruir una plantilla que necesita muchos cambios. Con tres jugadores que abandonarán el club de forma segura (Prigioni, Tucker y Vidal), los blancos deben moverse para perfilar el equipo de la siguiente temporada. De momento, el entrenador que más posibilidades parece tener es Svetislav Pesic. La llegada del serbio podría hacer que otro serbio, Novica Velickovic, se quedase en el club blanco. De ser así, ese sería el primer gran paso para empezar la reconstrucción. El ala-pívot es un grandísimo jugador, pero jugando en su posición, y no de alero, como se empeñaba Messina. Si se queda, el Real Madrid puede tener un juego interior más que interesante, con Tomic, Velikovic y Mirotic, a falta de algún refuerzo más.
Por fuera, Sergio Rodríguez seguirá como base a la espera de fichar a otro 1. A caballo entre el puesto de base y el de escolta seguirá Sergio Llull, una de las pocas luces de esta temporada. El otro escolta, probablemente, será Jaycee Carroll, ex del Gran Canaria, que llegará a Madrid para aportar puntos desde el exterior. En el puesto de alero seguirá Carlos Suárez, a la espera de que llegue un nuevo 3 para darle descanso. 
Este verano será muy movido en las oficinas del club blanco, que deberá fichar a jugadores de nivel para aspirar a algo más que el segundo puesto en la fase regular. Y mientras los blancos no encuentran todavía el camino que les devuelva a la senda del triunfo, el eterno rival, el Regal Fútbol Club Barcelona, jugará su quinta final consecutiva de la liga ACB. A la Copa del Rey'11 se le puede añadir el título liguero. La final la disputará contra el Bizkaia Bilbao Basket, que llega eufórico tras eliminar a Power Electronics Valencia y Real Madrid. Pese a que los vascos han hecho historia tras llegar a la final de la liga, todo indica que el poderío azulgrana será demasiado para los bilbaínos. 
Dejando a un lado los sucesos deportivos, en los que el Barcelona lleva más de un lustro siendo muy superior al Real Madrid, están las gestiones de los fichajes. Mientras que Herreros y compañía han hecho una labor más que cuestionable, en el club catalán Joan Creus ha hecho maravillas. A los fichajes del pasado (Pete Mickael, Ricky Rubio, Erazem Lorbek...) hay que sumarle los que llegarán este año. Todo parece indicar que Chuck Eidson, del Maccabi, acabará en las filas azulgranas, y por si no fuera suficiente la calidad de la plantilla azulgrana, Milos Teodosic, uno de los mejores jugadores del continente europeo, suena con fuerza para el Barça. Si a todo esto le sumamos la renovación de Pete Mickael, ¿algún equipo será capaz de derrotar al Regal Barcelona?
Si el Real Madrid quiere ser un candidato a vencer a los blaugrana, deberá construir un gran equipo a base de fichajes, con el riesgo que conlleva este sistema.